INFARTO
INFARTO
El infarto de miocardio es una de las principales causas de mortalidad en nuestro país. Volverse físicamente activo después de un ataque al corazón reduce el riesgo de muerte. Por supuesto, las personas que realizaban actividad física antes del evento cardiovascular tendrán mayores beneficios.
Factores de riesgo
Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un infarto:
Hipertensión (presión arterial alta).
Colesterol elevado.
Tabaquismo.
Diabetes.
Obesidad o sobrepeso.
Sedentarismo (falta de actividad física).
Estrés crónico.
Historia familiar de enfermedades cardíacas.
Edad avanzada.
Sexo: Los hombres tienen un riesgo más alto a una edad temprana, pero el riesgo para las mujeres aumenta después de la menopausia.
Prevención de un infarto
La prevención es clave para reducir el riesgo de sufrir un infarto. Algunas recomendaciones incluyen:
Mantener un estilo de vida saludable:
Comer una dieta equilibrada.
Realizar ejercicio físico regularmente (al menos 2-3 días por semana).
Mantener un peso corporal saludable.
Evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso.
Controlar la presión arterial, el colesterol y la diabetes.
Manejar el estrés mediante técnicas de relajación, meditación, o ejercicio.
Realizar chequeos médicos regulares, especialmente si tienes antecedentes familiares de enfermedades cardíacas.
Recuperación después de un infarto
La recuperación tras un infarto depende de la gravedad del daño al corazón, pero generalmente incluye:
Rehabilitación cardíaca: Programas diseñados para mejorar la salud cardiovascular mediante ejercicios, educación y apoyo emocional.
Cambios en el estilo de vida: Mantener hábitos saludables para prevenir futuros problemas cardíacos.